La importancia que tuvo el cultivo de los cereales para la subsistencia de nuestros antepasados ha configurado, con fatigas y miserias, nuestro paisaje agrario, ha dejado su huella en forma de paredes, atarjeas, huertas o de eras. Se enumeran 269, en su mayoría circulares, aunque también se encontraron elípticas, irregulares y en algún caso rectangulares. La generalidad está empedrada pero también hay lugares donde se utilizó la superficie de la zona, basalto o tosca. No encontrándose ninguna referencia a eras de tierra, como las utilizadas en el norte de la isla, en Teno Alto e incluso algún caso registrado en Vilaflor y Adeje.