La sencillez, la humildad, el trabajo, la constancia, la humanidad, el saber ser y estar, la voz y la memoria de la experiencia, son palabras que definen muy bien a una mujer curtida en la universidad de la vida, Constanza García, natural de Altavista (Arona, 1911).
A través de sus recuerdos se rescata parte de lo que fue la vida cotidiana de Arona, sus quehaceres. Otras anotaciones nos apuntan diversos datos del ciclo festivo, como las de San Antonio Abad, el carnaval, la Semana Santa o la Navidad. Y sobre todo una larga lista de su amor por el folklore, nos legó más de quinientos cantares, una veintena de canciones, dichos, juegos infantiles
todo ello escrito y conservado en su memoria para preservarlo para la posteridad.