Un caballo de Troya, el de la corrección política, se ha colado en la ciudadela de la civilización occidental. A extramuros de la fortaleza, tres arietes, en complicidad con el intruso, intentan derribar los portones: la ideología de género, la memoria histórica y el mito del cambio climático. Tanto el caballo de Troya como los arietes son de pura fabricación marxista. Desde su atalaya, el laicismo beligerante observa la marcha de las operaciones, mientras los ingenieros de la corrección política trafican con mercancías de contrabando con el objetivo de alterar la identidad sexual, desordenando el sistema de procreación natural y dinamitando la familia; de manipular el pasado, reescribiendo la Historia y dominando el futuro; y de atribuir condición divina a la Tierra, alumbrando una religión al revés. Para la salvaguarda de Occidente, resulta urgente librar la batalla cultural por el rearme moral y la defensa de la libertad.