El inspector de policía Aniceto Pinto se prepara con desgana para asistir a una cena. Mientras, recrea en su mente los sorprendentes acontecimientos que han rodeado su vida en relación con un caso: un crimen en extrañas circunstancias que coloca a Patricio Escolar, el hijo del que fuera su mejor amigo, en el disparadero. La opacidad que rodea al suceso desborda claramente la capacidad de Aniceto y remueve sus entrañas de antiguo cambullonero, impulsándole a pedir la ayuda de Braulio, un ex legionario solitario y huraño. A medida que avanzan en la investigación, se despliega ante ellos un escalofriante entramado de proxenetismo, abusos y prostitución, que muestra el rostro de una realidad no menos brutal por cotidiana.