El nombrete que se le designa a una persona, e incluso a un colectivo, tiene múltiples orígenes, un gran surtido de recovecos, de procedencias, de modos y maneras para llegar a su imposición. Surge con espontaneidad, por intuición, se forma con brevedad, con claridad. En muchos casos es imprescindible para conocer a quien se cita, sea una persona o una familia, ya que se trasmite de padres a hijos, convirtiéndose en patrimonio familiar. Los apodos que se reseñan proceden de épocas pretéritas, donde su uso era generalizado, siendo recogidos en los Municipios del Sur de Tenerife: Adeje, Arico, Arona, Granadilla de Abona, Guía de Isora, San Miguel de Abona, Santiago del Teide y Vilaflor de Chasna. En esta recopilación se muestran aquellos nombretes de los que se ha logrado aportar su origen, lo acaecido para que se haya impuesto, además de plasmar algunas vicisitudes por las que transitaron las vidas de estos protagonistas, quienes preservan nuestro pasado a través de sus múltiples voces.