El niño que vive en el interior de Carlos Marrero (Tenerife, 1977), no puede callarse, se ha hecho más ruidoso con los años. Y fruto de ello es este libro.
El ñame, un tubérculo, se convierte en el símbolo para hablar de esta realidad biográfica con toques mágicos y cómicos, una realidad que procede de la in¬creíble memoria de Carlos, capaz de recordar no sólo los hechos, sino también los movimientos, las emo¬ciones y los sentidos. Arropado por su familia y sus amigos sanos y campechanos el autor narra sus aventuras y travesuras rodeado de exuberante natura¬leza. Cada relato trae una lección de vida, que busca hacer reflexionar al lector y ayudarle a superar sus propios miedos en la vida, reconectando con la Natu¬raleza, mediante una educación de la sensibilidad. El derecho a la ternura.