En la escala de grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el de Maestro Secreto es el primero de los denominados filosóficos. Afirma Lavagnini que la necesidad de un cuarto grado se ha sentido como consecuencia y efecto de la actividad de los tres primeros sobre los que se asienta el edificio de la masonería toda. Ya desde el siglo XVIII aparecieron en Francia estructuras masónicas capitulares, también denominadas Altos Grados, cuya finalidad original era la de preservar la pureza del Rito y ejercer una vigilancia sobre la actividad de las Logias. Nació así el grado de Maestro Escocés que luego se desdoblaría hasta dar lugar a la actual estructura de 33 grados. Con un elevado contenido espiritual y una fuerte influencia de la leyenda de Hiram, el cuarto grado del REAA aborda la búsqueda del sepulcro perdido del Maestro y la alegoría de la llave de marfil que explica, en profundidad, el sentido del secreto masónico.