Gilberto Alemán dedica su último trabajo literario a este extremo de la geografía insular tinerfeña que ha sido, desde tiempos inmemoriales, un enclave rodeado de tradiciones y de misterios por todas partes. Así, Anaga va tomando forma en las páginas de este libro en el que, a modo de una oda en prosa, se van desgranando los entresijos de un lugar tan hermoso como abrupto, y cuya belleza previene precisamente de ese mismo contraste.
Como describe magníficamente Gilberto Alemán en su libro Una isla es un trozo rebelde de continente que prefiere vivir sólo en el mar. Y Anaga es otra isla, al filo mismo de Tenerife, naciendo del océano.