Segunda parte de Yo, Julia, la saga que nos descubre unode los personajes más fascinantes de la antigua Roma.
Mantenerse en lo alto es mucho más difícil que llegar. Juliaestá en la cúspide de su poder, pero la traición y la divisiónfamiliar amenazan con echarlo todo a perder. Para colmo de males, elmédico Galeno diagnostica que la emperatriz padece lo que él, engriego, llama karkinos, y que los romanos, en latín, denominancancer. El enfrentamiento brutal entre sus dos hijos aboca ladinastía de Julia al colapso. En medio del dolor físico y moral quepadece la augusta, cualquiera se habría rendido. Se acumulan tantosdesastres que Julia siente que es como si luchara contra los dioses de Roma. Pero, en medio del caos, una historia de amor más fuerte que la muerte, una pasión capaz de superar pruebas imposibles emerge alrescate de Julia. Nada está perdido.
Cuando elenemigo es tu propio hijo..., ¿existe la victoria?