Mientras las sustancias psicodélicas están siendo demonizadas en Estados Unidos, los componentes visionarios encontrados en determinadas plantas son considerados sacramentos espirituales en tribus de todo el mundo, por su capacidad de trasladar la mente a otros niveles de conciencia y de actuar como puentes hacia otras dimensiones. Esta obra cuenta la apasionada investigación de Daniel Pinchbeck sobre la raíz de tan profunda división; sobre los encuentros entre la consciencia moderna occidental y esas sustancias sagradas; sobre el uso de dichas substancias por parte de personajes de la talla de Allen Ginsberg, Antonin Artaud, Walter Benjamin o Terence McKenna, además de etnobotánicos, químicos o filósofos alternativos de nuestros días.