Casi tres décadas después de la presentación de Nathan Zuckerman en El escritor fantasma, Roth se despide definitivamente de su célebre protagonista y alter ego. Tras once años en Massachusetts, Zuckerman, un hombre de 71 años atormentado por la pérdida de sus medios económicos y por el temor de ver morir a los que le quedan, regresa a Nueva York para visitar a un médico. En la gran ciudad conocerá a toda una nueva generación de escritores y se reencontrará con una vieja conocida que se encuentra físicamente disminuida y a las puertas de la muerte. Los temas que el autor ya examinó en Elegía y El animal moribundo se despliegan con una emoción realmente sentida, ausente en sus anteriores trabajos.