Al descubrir la obra de Ainara Oleaga uno puede sentir la gravitación de aquel dictamen que Lezama Lima acuñara: Si me descifras en el río, te muerdo en la serpiente. Ante ustedes queda ahora el río por el que discurre la singularidad de esta joven autora. Dispónganse, pues, a sentir la mordedura de sus enigmas, de su palabra.
Daniel Bernal Suárez