MACÍAS HERNÁNDEZ, ANTONIO MANUEL
Mucho se ha escrito sobre los aborígenes canarios. Se echaba en falta,
sin embargo, una monografía que ordenara el material disponible desde
una nueva perspectiva analítica, y resolviera las numerosas lagunas
mediante inferencias lógicas y estadísticas, único modo de valorar aquellos
apartados que carecen de huella arqueológica, pues la Historia, como toda
ciencia, es obra del pensamiento humano.
Este libro pretende cubrir ese objetivo. Ofrece un primer relato del
pueblo neolítico que, procedente de su ancestral cuna sahariana, arribó al
Archipiélago con el capital y los conocimientos precisos para poder
colonizarlo con éxito. Y si bien los navegantes de la Antigüedad se
acercaron a sus costas por imperativos náuticos y para extraer algunos
dones, no alteraron el cotidiano acontecer de los nativos, que vivieron
aislados de todo contacto foráneo que mejorase su suerte hasta finales del
siglo XV, cuando la codicia del invasor europeo provocó la ruina definitiva
de su cultura, aunque su legado no ha desaparecido por completo.
Toda su historia se fundamenta en el concepto primigenio de
comunidad. Un conjunto de normas, ligadas por relaciones de parentesco,
determinaba la obtención y el reparto del producto social; la vida en
común y el ejercicio del poder; el significado de los elementos rituales y
simbólicos y, en fin, la visión del cosmos y el diálogo con los dioses. Y
frente a la reiterada diversidad, este libro prioriza los rasgos comunes, y el
hilo que los enhebra es el constante esfuerzo innovador y creativo de sus
protagonistas. Porque gracias a este esfuerzo no sucumbieron al trágico
destino que les deparaba su milenario aislamiento, de ser víctimas de
luchas fratricidas por unos recursos cada vez más escasos, como ocurrió
en otras comunidades neolíticas insulares; al contrario, aplicaron fórmulas
de consenso y de convivencia pacífica para asegurar la supervivencia de su
cultura. Este libro aspira a explicar ese proceso y sus claves.