La normalidad cotidiana que rezuman estos cinco relatos no se queda en la superficialidad de lo que acontece sino que profundiza en las zonas humanas más íntimas y, en ese sentido, sí, comunes. El costumbrismo descrito aquí es sólo una apariencia: Nicolás Dorta ha encontrado la manera de hacer literatura del acontecimiento nada ordinario que supone existir, ser consciente, vivir, devenir, recordándonos de paso la punzante y perpleja nostalgia del temp perdu.