En la Inglaterra de Isabel I, las luchas por el poder hacen peligrar el trono permanentemente. Blade Fitzstephen es el hombre de confianza de la reina, el único capaz de asumir cualquier riesgo por la corona. Pero la última misión que le ha sido encomendada presenta serias dificultades. Porque el enemigo al que tiene que combatir Blade Fitzstephen no es otro que Oriel Richmond, una dama acostumbrada a no dejarse convencer por los halagos masculinos, una dama dispuesta a desafiar a cualquier hombre, incluso a aquél que se haya propuesto robarle el corazón.
Envueltos en intrigas políticas y oscuros secretos, Oriel y Blade pronto se verán unidos en su lucha desenfrenada por salvar el trono de Inglaterra y por no sucumbir a la pasión.
LA RICA HEREDERA
Oriel Richmond siempre ha sabido que su físico no desata grandes pasiones. Tiene asumido que la sucesión de pretendientes que desfilan por Richmond Hall llegan en busca de su cuantiosa dote y no de sus encantos. Sólo el misterioso Blade Fitzstephen ha despertado su interés. Pero después de oírle hablar de ella en términos nada agradables, ha decidido rechazar también su propuesta. Sin embargo, Blade no parece dispuesto a aceptar su negativa. Y el corazón de Oriel difícilmente podrá resistirse a la insistencia de sus palabras...y de sus caricias.
EL ESPÍA DE LA REINA
Blade no ha acudido a Richmond Hall en busca de la dote de Oriel, sino como espía enviado de la reina, persiguiendo un peligroso secreto que Oriel esconde sin ni siquiera saberlo.
Por eso, no está dispuesto a aceptar sin más su rechazo. Blade utilizará todas sus artes de seducción para despertar en Oriel una pasión que le permita acceder a su secreto. Pero en el juego de la seducción, la pasión puede ser una trampa incluso para el jugador más experimentado...