La poeta continúa con los mismos temas: el amor, el recuerdo y la nostalgia; la angustia y la muerte. Destaca la unicidad temática y formal de La soledad y el tiempo, que se construye como un conjunto cerrado, como varios fragmentos de un espejo roto que componemos los lectores para indagar en el reflejo del yo lírico. Los poemas adquieren un tono meditativo y contemplativo, van despacio, son más extensos, quién sabe si más profundos que los aforismos y los juegos de palabras que nos regalaba García Fierro en "Almario", su anterior poemario también editado en la colección Ministerio del Aire de Ediciones La Palma.